lunes, 26 de octubre de 2009

PROCLAMA DE LOS POETAS REUNIDOS EN EL SEGUNDO FESTIVAL INTERNACIONAL DEPOESÍA SANTO DOMINGO 2009, BAJO EL LEMA “PALABRAS EN EL TIEMPO”,

PROCLAMA





Los poetas de representantes de Latinoamérica, el Caribe, España e Italia congregados en el Segundo Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, bajo el lema “Palabras en el tiempo”, que honra la memoria del poeta postumista Domingo Moreno Jimenes (1894-1986), celebrado con el respaldo de la Secretaría de Estado de Cultura, y luego de haber llevado a cabo un amplio y fructífero programa de trabajo entre los días 21 y 25 de octubre, que colocó la poesía en un primer plano de interés cultural en diferentes lugares e instituciones de las ciudades de Santo Domingo, D. N., Santiago, La Romana y Azua, con una importante participación del público y amplia difusión en la opinión pública y los medios de comunicación, clausuran el festival firmando, por conducto de su Comité Organizador, la siguiente Proclama.
Elevamos nuestras voces y proclamamos por:
1. La irrenunciable condición de la poesía como libre recurso y ejercicio de creación y expresión del pensamiento, así como un valor pilar de la cultura universal, en cuanto que derecho inalienable del ser humano.
2. La irrenunciable fidelidad de la poesía como legítimo baluarte de preservación de la memoria intelectual y sensible de los pueblos y sus creadores.
3. La fidelidad a la poesía como modo de integración de las naciones y sus más altas aspiraciones democráticas, lo que implica una condena a la violación de los derechos humanos y del quebrantamiento del estado de derecho, como ha ocurrido en la hermana República de Honduras, acto oprobioso que debe cesar a la mayor brevedad posible.
4. La irrenunciable fidelidad a la poesía como camino para la superación de las barreras ideológicas, étnicas, lingüísticas y de género, y porque su fundamento pluricultural y su poder espiritual contribuyan a la erradicación de la violencia, el armamentismo y las guerras, el genocidio, la desigualdad social, la injusticia y la ausencia de derecho a la educación y la vida digna en la sociedad contemporánea.
5. La irrenunciable fidelidad a la poesía como reivindicación del derecho a soñar en un futuro promisorio para la humanidad, sueño plasmado en las obras de poetas como Salomé Ureña, Domingo Moreno Jimenes y Pedro Mir, a quienes homenajeamos durante el desarrollo del programa de esta segunda edición del festival poético de Santo Domingo, y cuyo legado hemos procurado difundir nacional e internacionalmente.
6. La irrenunciable fidelidad a la poesía como un objetivo fundamental en la enseñanza de la lengua materna, en las diferentes culturas, para garantizar el nacimiento de nuevos cultivadores y lectores en las presentes y futuras generaciones. De ahí que hayamos insistido, durante las jornadas de este festival, en llegar hasta las aulas de planteles educativos públicos y privados, así como en centros culturales, bibliotecas infantiles y juveniles, y espacios urbanos de libre circulación, para despertar el fervor por la palabra en ese vasto blanco de público.
7. La irrenunciable fidelidad a la poesía como recurso cultural decisivo en la preservación de la identidad cultural del concierto de naciones del mundo, hoy día amenazada por el afán lucrativo de una globalización comercial sin escrúpulos y sin respeto a las culturas locales y sus tradiciones y ancestros.
Dado en Santo Domingo, República Dominicana, a los 25 días del mes de octubre del año 2009.
Firmado:
Por parte del Comité Organizador del Segundo Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, bajo el lema “Palabras en el tiempo”:

José Mármol, Presidente
Mateo Morrison, Director Ejecutivo
Soledad Álvarez, Miembro
Ángela Hernández, Miembro
Basilio Belliard, Miembro
Plinio Chahín, Miembro
León Félix Batista, Miembro

Poetas internacionales y nacionales que asistieron al evento en calidad de Invitados Especiales:
Antonio Gamoneda (España)
Ana María Rodas (Guatemala)
Ana Istarú (Costa Rica)
Alfredo Fressia (Uruguay)
Álvaro Miranda (Colombia)
Ana Rossetti (España)
Bonel Auguste (Haití)
Danilo Manera (Italia)
Évelyne Trouillot (Haití)
Edwin Madrid (Ecuador)
Eduardo Espina (Uruguay)
Eduardo Mitre (Bolivia)
Franketienne (Haiti)
Francisco de Asís Fernández (Nicaragua)
Horacio Costa (Brasil)
Jaime Quezada (Chile)
José Kozer (Cuba)
Jorge Boccanera (Argentina)
María Auxiliadora Álvarez (Venezuela)
Mario Bojórquez (México)
André Pierre-Louis, Monchoachi (Martinica)
Otoniel Guevara (El Salvador)
Pedro López Adorno (Puerto Rico)
Rafael Cadenas (Venezuela)
Roberto Sosa (Honduras)
Víctor Fowler (Cuba)
Yolanda Pantín (Venezuela)
Alejandro Santana (República Dominicana)
Alejandro González (República Dominicana)
Cesar Sánchez Beras (República Dominicana)
Eloy Alberto Tejera (República Dominicana)
Eugenio García Cuevas (República Dominicana)
Homero Pumarol (República Dominicana)
José Enrique García (República Dominicana)
Manuel Llibre Otero (República Dominicana)
Néstor E. Rodríguez (República Dominicana)
Neronessa (República Dominicana)
Pablo Reyes (República Dominicana)
Rafael Hilario Medina (República Dominicana)
Reina Lissette Ramírez (República Dominicana)
Víctor Bidó (República Dominicana)
Yrene Santos (República Dominicana)

Clausuran 2do Festival Internacional de Poesía “Palabras en el tiempo”



26 octubre 09. El Segundo Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, dedicado al poeta postumista Domingo Morenos Jimenes (1894-1986) fue clausurado anoche (domingo 25 de octubre) en acto celebrado en el Museo de las Casas Reales de la Ciudad Colonial.

La proclama, documento final sustentado por todos los poetas participantes de los más de veinte paí


ses que se dieron cita en el encuentro, destaca el vínculo de la poesía con la realidad social de los pueblos del mundo.

El documento fue leído por el poeta dominicano José Mármol, presidente del Comité Organizador del encuentro, quien indicó que el festival colocó la poesía en un primer plano de interés cultural en diferentes lugares e instituciones de las ciudades de Santo Domingo, D. N., Santiago, La Romana y Azua, con una importante participación del público y amplia difusión en la opinión pública y los medios de comunicación.

Asimismo, la proclama del festival, que auspicia cada dos años la Secretaría de Estado de Cultura, resaltó la condición de la poesía como libre recurso y ejercicio de creación y expresión del pensamiento, así como un valor pilar de la cultura universal, en cuanto al derecho inalienable del ser humano.

Que la poesía debe estar inscrita como modo de integración de las naciones y sus más altas aspiraciones democráticas, lo que implica una condena a la violación de los derechos humanos y del quebrantamiento del estado de derecho, como ha ocurrido en la hermana República de Honduras, acto oprobioso que debe cesar a la mayor brevedad posible.

Los poetas elevaron sus voces por la fidelidad de la poesía como legítimo baluarte de preservación de la memoria intelectual y sensible de los pueblos y sus creadores, así como el camino para la superación de las barreras ideológicas, étnicas, lingüísticas y de género, y porque su fundamento pluricultural y su poder espiritual contribuyan a la erradicación de la violencia, el armamentismo y las guerras, el genocidio, la desigualdad social, la injusticia y la ausencia de derecho a la educación y la vida digna en la sociedad contemporánea.

Igualmente, proclaman en sus conclusiones que la poesía plantea un objetivo fundamental en la enseñanza de la lengua materna, en las diferentes culturas, para garantizar el nacimiento de nuevos cultivadores y lectores en las presentes y futuras generaciones y un recurso cultural decisivo en la preservación de la identidad cultural del concierto de naciones del mundo, hoy día amenazada por el afán lucrativo de una globalización comercial sin escrúpulos y sin respeto a las culturas locales y sus tradiciones y ancestros.

En el acto de clausura leyeron sus poemas Ana Rossetti, de España; Francisco de Asís Fernández, de Nicaragua; Rafael Cadenas, de Venezuela; Monchoachi, de Martinico; Eduardo Espina, de Uruguay; Mario Bojórquez, de México; Tonel Auguste, de Haití; Álvaro Miranda, de Colombia; Jaime Quezada, de Chile; y de República Dominicana Alejandro Santana, Lissette Ramírez, Pablo Reyes, Homero Pumarol y Nestor Rodríguez.

El acto de clausura del festival desarrollado bajo el lema de "Palabras en el tiempo" contó con la participación de distinguidas personalidades de los ámbitos cultural e intelectual del país.

Comité Organizador Segundo Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009.

jueves, 22 de octubre de 2009

Poesía: memoria y luz



José Rafael Lantigua.
Secretario de Estado de Cultura.
Palabras inaugurales del II Festival Internacional de Poesía de Santo Domingo “Palabras en el Tiempo”.



Poetas:

El 21 de octubre de 1850 nacía en Santo Domingo, Salomé Ureña. Ella sería la primera mujer dominicana en publicar un libro de poesía, en 1880, cuando ya tenía treinta años de edad.

Empero, seis años antes, en 1874, se publica la primera antología literaria dominicana, “Lira de Quisqueya”, de José Castellanos, apareciendo en esa edición siete poemas de Salomé. Ella tenía entonces 24 años de edad.

En 1894, cuarenta y cuatro años después de haber nacido Salomé, se registra el nacimiento en Santo Domingo de Domingo Moreno Jimenes, quien en 1916, cuando tenía veintidós años de edad, publica su primer libro de poesía, titulado “Promesas”.

En 1913, sesenta y tres años después de haber nacido Salomé, nace en San Pedro de Macorís, Pedro Mir, quien en 1949, cuando tenía ya treinta y seis años de edad, publica en La Habana, donde se encontraba exiliado de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, su primer libro, el poema “Hay un país en el mundo”, de cuya primera edición conmemoramos este año el sesenta aniversario.

Con Salomé, se funda un decir poético en República Dominicana, caracterizado por la limpieza del verso, el acento fuerte, que a su vez sereno; el espíritu de orientación moral, que a su vez recriminante; el estro inspirado, intimista, que a su vez abarcador de una sensibilidad que incorpora a toda la sociedad en su numen solitario y sufrido.

Salomé, de quien alguien dijera que “fundó entre nosotros la dignidad espiritual de la mujer”, fue dueña de una poesía, de exquisita factura, que desde la perfección de las formas y desde su acendrada personalidad lírica, expresó su soledad y desolación, sin abandonar los giros siempre abiertos de la esperanza, impregnando al ser nacional de una sensorialidad hasta entonces no experimentada en la poesía dominicana.

Moreno Jimenes, quien ejerciera como poeta durante más de sesenta años, construyó un movimiento poético que transformó los aspectos formales de la poesía dominicana, erigiéndose como un poeta mayor dentro de nuestra literatura. Su renovación poética abrió caminos a posteriores grupos poéticos. Y su filosofía de vida, transmitida integralmente a su obra, pregona un ideal místico muy singular. “En mis avatares estéticos –escribió- columbré desde muy temprano, el drama del hombre y el problema de América. En la encrucijada de que, o el hombre modificaría al medio o el medio modificaría al hombre, yo quise conseguir algo estable”.

Más adelante, diría: “No importa que la América, norte y cima de la Humanidad, no existiera entonces; yo la crearía en mi obra, aun cuando por ello me expusiera a obtener todos los dolores y a recibir todos los infortunios. Con todos sería tolerante. Cada quien podía ser como le placiera. Bastaría que yo fuera como debía ser para que el ideal se realizara”.

Moreno siempre tuvo bien claro su ideal americanista. Su filosofía es conceptuosa, dinámica, abierta a las canteras del porvenir. No es un simple enunciado, es la revolución del ser, el trabajo interior en la conformación de una hechura de muy profundos sentimientos, la acción ontológica que formula las razones y los valores de esa realización. Es la conciencia de la misión humana del hombre americano, el secreto del devenir y la esperanza de una realidad espiritual que puede ser –como él pregona con su apostolado poético- concreta, permanente.

“Ser poeta –dijo alguna vez- no es más que vivir; vivir ampliamente; dar un puntapié a los obstáculos del camino y seguir”.

Y así fue su vida, su evangelio, su errancia lírica: un acto de fe en la poesía y en sus atributos; en la poesía y sus sendas múltiples; en la poesía y su desbordante vitalidad. “Como poeta cósmico, yo estoy bien hallado en cualquier sitio y cualquier entidad. Si me niegan el agua viviré del sudor de mi sangre, y si la sangre me faltare, volveré sin dolor a la fuente de donde había partido. Me he embarcado en la carabela del espíritu….Si desde mi isla partida del Caribe, surge un rayo renovador que despierte a América y conmueva al mundo, yo pensaré que todas mis cuitas y todas mis tribulaciones jamás han sido vanas”. Palabras de auténtico poeta.

Pedro Mir llegaría muchos años más tarde con un canto de naturaleza social que fundaría el país dominicano posterior a la dictadura. Su poema fundamental abriría los cauces de la nueva realidad que viviría la nación, luego de sufrir los embates de la más recia y sangrienta dictadura de la América de aquellos tiempos.

Mir integró el poema a su empoderamiento social; hizo que alcanzara la dimensión de la profecía y el aliento de esperanza en tiempos históricamente difíciles y absurdos. Hace sesenta años, a partir de la publicación de Hay un país en el mundo, Mir pasó a ser, a través de su poema, la representación de la esencia de la dominicanidad mancillada y la esperanza del porvenir iluminado.

Con él, con su voz poética dulce y fuerte, cantó la patria toda, en las aulas, en las oficinas, en las reuniones obreras, en los convites campesinos, en los talleres, en las ensenadas y en los montes, en la urbe y en el campo. La patria entera aprobó el amor para quebrar su inocencia solitaria. Y en medio de esta tierra recrecida, los dominicanos rescataron su historia de signos ominosos, para crear con ella sus nuevos haberes y su nueva canción.

Doce años después de publicarse en el exilio habanero del poeta su gran obra, los surcos se abrieron y los héroes llevaron hacia el patíbulo la cabeza del infame. Y el poema creció y recreció, se hizo grito de espanto y recuerdo, ennobleció la lucha y forjó la canción que convocaba a la esperanza para dejar de lado la amargura necesaria de treinta y un años de oprobio e indignidad.

Alrededor de estas tres historias poéticas, iniciamos esta noche la segunda edición del Festival Internacional de Poesía de Santo Domingo “Palabras en el Tiempo”. Con Salomé, conmemoramos hoy la fecha de su nacimiento y, como cada año, los poetas dominicanos centramos en la efeméride la valoración y trascendencia de la poesía, como arma de combate contra la injusticia, como memoria de la historicidad personal y colectiva, como escritura de amor, como mensaje de esperanza, como relato lírico de las andaduras de un pueblo, los avatares de una época y las singularidades espirituales de una generación.

Nuevos tiempos corren hace ya muchas horas. Nuevos tiempos y nuevas consignas poéticas. Sobre el entramado de una sociedad sacudida, podría decirse igualmente, herida, por signos de ominosa presencia, por las secuelas de sombras gravitantes, la poesía sigue haciendo su camino de luz, su tránsito, su mudanza, su convite.

No lejos de mí, en mi persona
sin escándalo, está naciendo un hombre.
Aquí mismo, en mis testarudos huesos
echa raíces este hombre,
y con la sangre de mi propio barro
se levanta.

José Enrique García, un poeta que nace cuando comienzan a inficionarse en el ser nacional las nuevas proclamas, los nuevos baluartes, junto a las nuevas inquisiciones y las nuevas fugas, parece estar recogiendo los estipendios de las viejas formas para construir la hacienda de las nuevas fortalezas poéticas.

De esas manos que cuelgan de los brazos del hombre
se espera que edifiquen las construcciones próximas,
de su voz, las nuevas canciones que perpetúen las ya cantadas
por los viejos.
Deudor es el hombre de su origen
de él depende que la historia se repita en otra historia.

Suyos son tan sólo los primeros años,
los años de la canción de hierba
agua
viento
los años en que todo se ignora.
y el tiempo espera por la voz madura
los brazos
la conciencia
pues ese que está hace tiempo haciendo los trabajos
espera su reemplazo.


Muchos, tal vez, no han descubierto aún, que El fabulador, de José Enrique García, publicado en 1980, a punto de cumplir treinta años, hizo el camino de apertura hacia los nuevos signos del poema, bajo el arbotante de la palabra que abría los cuerpos, los instantes, los vacíos y las sombras, al aliento fuerte de los silencios violados, de las lágrimas ardientes, de las honduras, de los sueños, de los besos.

Los desplazamientos harán su trecho, correrán su suerte. Es la hora de los hornos. Siete años después de El Fabulador, un poeta escribirá sobre la página el nuevo proyecto:

Se congrega
en el díscolo vivir la rabia tormentosa
se prende a la pared el alarido
casi como una trompeta devorada.

Es una nueva realidad poética la que comienza a experimentarse. La palabra está surcando su devenir, desde la fortaleza de su roca de fuego. Una voz, desde el desarraigo, está haciendo una señalización que la sociedad tal vez no percibe, y que contiene la savia, la huella y la distancia de los senderos bifurcados.

Yo vivo aquí sin horizonte fijo
yo marchitado a fuerza de cálidos fraseos
madurado a violencia como el mango.

para lo que es inamovible
queda dislocado el tiempo niquelado a sus muros
el horror al rostro como al fuego
al acero que pule sus refugios.

León Félix Batista, desde el exilio neoyorquino, escribe El oscuro semejante, para iniciar la partida hacia las emergentes dilucidaciones y el congregante espectáculo de las sombras, los hastíos y las flotaciones de la identidad.

Yrene Santos, casi al mismo tiempo que León, disemina su vivencialidad desde una fértil sensación reflexiva. Son los ochentas gravitando sentenciosamente sobre una poética ardorosa que se escurre entre los trepidantes ensueños del deseo.

Escribir un poema
es desarropar al viento
vivir en la sala del silencio…

Es una poesía de pensadas interrogantes, a la vez que de golpeantes respuestas.

El labio superior del anteojo de Dios
muerde la alcoba.

La poeta navega entre ríos desbordados de pasión y delirio. Se hunde en las ruinas del deseo, y escribe una poesía desnuda, que comienza a romper los hilos quejumbrosos que Salomé, desde otra realidad y bajo otro tono, comunicara altiva en su sombría soledad, en su abandono, en su cama abandonada, muerta.

Y entonces, viviendo otra realidad poética, y viniendo desde atrás hacia hoy, Soledad Alvarez trae otra visión y otro signo, y en las anguilas quemantes de una cama compartida en el que se arremolinan los pulpos del deseo nos permite descubrir, después de describir, que una cama compartida no es playa ni mar sino isla/ donde una niña duerme/ acunada en el regazo de la tierra.

José Mármol, en un libro exquisito de reciente tirada, titulado Miradas Paralelas, juego de poesía e imagen, de luz y palabra, nos irá conduciendo por historias, senderos, paraísos, donde sólo el viento de la poesía, y no habrá necesidad de más, sostiene las andanzas:

No temas a las anchas y tersas superficies de lo inmóvil.
No importa si de aguas, de nubes, de nostalgias.
No importa si de arenas amarillas o de olvido.


Y seguiremos tras el poema, por los pequeños misterios cotidianos, en la seguridad de que hay caminos que al encuentro se vuelven un abismo…/ Hay caminos que se hacen al fragor de una mirada…./ Hay caminos que no más otro camino puede andar.

No quiero, no puedo, concluir esta andadura frenética sobre el poema y sus arrobamientos, tras el poema y sus diluvios, frente al poema y sus encrucijadas, sin alertarles sobre la gravedad de un poeta que no pudo resistir la perfección del silencio. De un poeta que se hizo esta pregunta alguna vez, cuando quiso describir la mentira:

¿Qué verdad existe en el vientre de las palomas?
¿La verdad está en la lengua o en el espacio de los espejos?

Un poeta que proclamó que su paz era avergonzarse de la esperanza. Un poeta que sentenció que su memoria es maldita y amarilla como un río sumido desde hace muchos años.

De los desvanes baja un clamor de palomas. Es el sonido de mi infancia.

Mis propiedades son débiles: un tejido de cáñamo, leche –azul en los bordes- y la contemplación de los espías.

Estas son las huellas de mis ojos, los contenidos de mi alma.
…………………………………………………………………………..
Tierra desposeída de sus tumbas, madres encanecidas en el vértigo.
Es lo que queda de mi patria.


Antonio Gamoneda supo de temblores de cauces invertidos y de gestos de rostros improbables. Poeta como Salomé que surcó los cauces intimistas desde un cuadro de desolación y penurias. Poeta como Moreno, que rompió esquemas y sentó las bases de un simbolismo audaz, sacudido por soles calientes y tierras silenciosas. Poeta como Mir, que describió la patria desde las mentiras subyacentes, desde los amaneceres encendidos, desde la memoria amarilla de extinción y veneno.

Los poemas, los poetas, se cruzan, se entrecruzan; se duelen, se conduelen. Escriben desde sus silencios y claman desde sus gritos de llanto y delirio. Hacen la historia. La construyen y la describen, mucho antes y mucho después de que los historiadores la entiendan y memoricen.

Los poetas son los dueños de la memoria, y de la luz. A partir de esta noche, que esa memoria y esa luz construyan la historia de todos, de todas, en el perfil más lúcido y cabal del alma, desde el hondón del alma y de la sangre. César Sánchez Beras nos lo advierte:


En la noche innombrable que pare la poesía
una lluvia inefable va llenando de luz
la cueva en donde el tiempo descubre su palabra.

Y nada más. Y nada más.


Salón La Cúpula
Palacio de Bellas Artes
Santo Domingo,
21 de octubre de 2009.
Referencias bibliográficas:

1. Salomé Ureña de Henríquez: Poesías completas. Edición especial de la XXIV Feria Nacional del Libro Salomé Ureña de Henríquez. 1997. Publicación de la Comisión Permanente de la Feria Nacional del Libro. 9ª. Edic. Abril de 1997. Editora de Colores. 303 pp.
2. Miguel Collado: “Salomé Ureña de Henríquez. Primera Dominicana en publicar un libro de poesía”. Edición conmemorativa del Centenario de su muerte 1897-1997. Ediciones Cedibil, abril de 1997. Editora Búho. 16 pp.
3. Domingo Moreno Jimenes: “Obras poéticas. Del gemido a la fragua”. Explicación de J. M. Troncoso Sánchez. Editora Taller, 1975. 317 pp..
4. Pedro Mir: “Hay un país en el mundo y 6 momentos de esperanza”. Ediciones Fragua, Santo Domingo, 1962. Imprenta Panoramas de G. Domínguez H. 61 pp. (Es la primera edición dominicana del poema).
5. José Enrique García: “El fabulador y otros poemas”. Ediciones de Cultura Hispánica, Madrid, 1989. 127 pp.
6. León Félix Batista: “El oscuro semejante”. Colección Egro de Poesía, No. 4, 1989. 70 pp.
7. Yrene Santos: “Desnudez del silencio”. Editora Búho, 1988. 64 pp.
8. Soledad Alvarez: “Las estaciones íntimas”. Amigo del Hogar: 2006. 71 pp.
9. José Mármol/ Angel A. Martínez: “Miradas paralelas”. Amigo del Hogar, 2009. 77 pp.
10. César Sánchez Beras: “Trovas del mar”. Edición bilingüe. Editora Búho, 2002. 137 pp.
11. Antonio Gamoneda: “Esta luz”. Poesía reunida (1947-2004). Epílogo de Miguel Casado. Galaxia Gutemberg/Círculo de lectores: Barcelona, 2004. 683 pp.
12. José Rafael Lantigua: -“Domingo Moreno Jimenes, biografía de un poeta”. 5ª edición. Editora Búho: 2006. 234 pp.
-“La conducta literaria. El discurso fundacional”. Discurso de ingreso a la Academia Dominicana de la Lengua. Editora Mediabyte: 2008. 54 pp. más cuadernillo de fotografías.
PALABRAS DE JOSÉ MÁRMOL
PRESIDENTE DEL COMITÉ ORGANIZADOR DEL

2DO. FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA SANTO DOMINGO 2009


ACTO INAUGURAL

SALÓN DE LA CÚPULA DEL PALACIO DE BELLAS ARTES,
21 DE OCTUBRE DE 2009

Señor Secretario de Estado de Cultura, José Rafael Lantigua, y demás funcionarios de esa dependencia del Estado;

Destacados y distinguidos poetas internacionales, cuya presencia honra al país y enaltece nuestro festival;
Apreciados amigos y poetas nacionales, entre los que destacan aquellos que viven en el extranjero;

Señores miembros del Comité Organizador;
Escritores, intelectuales, artistas, amantes del arte y la cultura;

Señoras y señores:

Esta noche damos formal inicio a la segunda edición del Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, con lo cual cumplimos la promesa asumida en el año 2007, al cierre de la primera edición, celebrada en el marco de la X Feria Internacional del Libro, cuando nos comprometimos a dar continuidad a esta fiesta de la poesía como una actividad preeminente en el ámbito cultural de nuestra sociedad.

El que muchos de nuestros invitados, internacionales y nacionales, se hayan desprendido de sus responsabilidades cotidianas y del seno de sus hogares, para venir hasta nuestro país, seducidos única y exclusivamente por la contagiosa comunión de la palabra poética y por el peso específico que, en términos de responsabilidad individual y social esa enfermedad, como llamó Cervantes a la poesía, representa, ese gesto valiente e invaluable constituye un reflejo de la vitalidad presente y del futuro promisorio de la poesía en la sociedad y en la cultura del presente milenio.

Para hacer sentir el peso de su pálpito y la naturaleza hondamente humana de su impronta individual y colectiva, la poesía tiene motivos de existencia que la cerrazón de toda laya y el delirio mercantil y consumista de la sociedad y el Estado corruptor actuales no logran comprender ni tampoco admitir como un bien espiritual de primer orden. A veces nos envuelve la ebriedad del sinsentido que apoya el aserto de la utilidad de lo inútil con que, por ejemplo, Oscar Wilde (1854-1900) sentenciaba la función social del lenguaje poético y de ficción. Percepción esta, que más tarde el filósofo Martin Heidegger (1889-1976) redondeará con la idea acerca de la inocuidad y la inoperancia del poema, a pesar de su incuestionable relevancia ontológica.

Sin embargo, no cabe duda alguna en torno al hecho de que la poesía, en cuanto que la más encumbrada expresión estética del lenguaje humano y la más próxima al testimonio vital del pensamiento como don privilegiado de la especie, está presente en la más radical y abarcadora revelación de la cultura y de los afanes por la sobrevivencia en las sociedades del mundo. Hoy, de hecho, es el poder misteriosamente humano y dichosamente contagioso de la palabra poética el que congrega, en forma desinteresada y a la vez comprometida, así como entusiasta a hombres y mujeres cultivadores de la poesía y provenientes de Europa, Estados Unidos de Norteamérica, Canadá. Estados Unidos Mexicanos, Suramérica, Centroamérica y el Caribe para celebrar la hermandad que prodiga la fe persistente en la expresión artística exquisita y el pensamiento, ese pensamiento a veces tierno y otras veces fiero, a veces iluminado y otras veces triste, a veces sensual y otras cargado de denuncia y esperanza con que el poema exige un lugar en este mundo, que naufraga insufrible entre la hambruna, la ignorancia, las guerras y la autodestrucción.

Parecemos, ante la mirada absorta y tozuda de la tecnocracia globalizada y la tempestad inicua de los capitales golondrinas, obreros lamentables de la industria de lo inútil. Pero no. Nunca más equivocados. Porque estamos aquí reunidos para desmentir esa infamia de la trivial y vacía sociedad del espectáculo, del capitalismo salvaje y de la existencia autómata en la carrera delirante por la eficacia y la eficiencia narcóticas de la productividad y el comercio galopantes. Estamos aquí para desprender el velo que por tanto tiempo ha ocultado la esencia de la autentica esperanza en un presente y un porvenir mas promisorios para la humanidad. Ese que hemos hecho hasta aquí, esta noche y este Día Nacional del Poeta, es el viaje hacia la claridad y esta, la que esta noche empieza, es nuestra fiesta del intelecto, para emplear a fondo dos expresiones del gran poeta Paul Valéry.

Hemos tomado, no por casualidad, la fecha de hoy para el inicio de las jornadas del II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009. Lo hicimos para homenajear con ello el natalicio de Salomé Ureña (1850-1897), insigne educadora y una de las voces fundamentales de la poesía dominicana y caribeña del siglo XIX. De ahí que celebremos hoy el Día Nacional del Poeta. Y de ahí, también, y por mor de su invaluable legado educativo, que los poetas participantes en nuestro festival tengan programados varios encuentros con jóvenes estudiantes de liceos públicos y colegios privados, así como en bibliotecas para niños y jóvenes y centros culturales, de manera que la poesía, como aspiró su hijo Pedro Henríquez Ureña, maestro por excelencia de Latinoamérica, pase a ser materia prima básica para la enseñanza de la lengua materna y para la creación de nuevos lectores de literatura. Ese, junto al de la necesidad de provocar un reencuentro de la poesía con el público, tanto en las academias como en los parques y en las calles, conforman objetivos de relieve en los propósitos de esta segunda edición de nuestra bienal poética.

También relevante es el que hayamos escogido a Domingo Moreno Jimenes (1894-1986) como figura emblemática del festival, en reconocimiento a su inmensa obra poética y a la raigambre de los conceptos y la práctica escriturales del Postumismo, una concepción estética que nació en 1921, con la participación del pensamiento del eminente filósofo dominicano Andrés Avelino (1900-1974) y reclamó, entre otros preceptos, la exaltación de los valores culturales autóctonos en pleno apogeo de la influencia en Latinoamérica de las vanguardias europeas y en medio de un escenario sociopolítico nacional muy difícil, marcado por la primera intervención norteamericana de nuestro territorio, entre 1916 y 1924. Esa profesión de fe poética, no siempre entendida y valorada por nuestra crítica, debe ser conocida y proyectada internacionalmente, como lo hicimos en la ocasión del anterior festival con la figura y la obra de Franklin Mieses Burgos (1907-1976) y La Poesía Sorprendida, apoyándonos para ello en la sensibilidad, la agudeza crítica y la fraternidad de más de una veintena de destacas voces de igual número de países y culturas que han correspondido a nuestra invitación para compartir esta fiesta de la poesía y del espíritu, desde hoy y hasta el próximo domingo 25 de octubre.

Bienvenidos a nuestro país, en la conmemoración del 60 aniversario de la publicación del poema “Hay un país en el mundo”, de nuestro Pedro Mir (1913-2000), queridos hermanos poetas de allende los mares. Bienvenidos a su tierra, aquellos poetas que por distintas razones hoy forman parte de los núcleos de la diáspora dominicana en diversas partes del mundo. Un caluroso abrazo para Argentina, en la voz poética de Jorge Boccanera; para Brasil, con la presencia de Horacio Costa; para Bolivia, representada por Eduardo Mitre; para Colombia, en voz de Álvaro Miranda; para Cuba, representada por los poetas José Kozer y Víctor Fowler; para Chile, nación representada por Jaime Quezada; para Costa Rica, encarnada en la expresión poética de Ana Istarú; para Ecuador, país representado por Edwin Madrid; para España, cuna de nuestra lengua, representada por los poetas Antonio Gamoneda, Premio Cervantes de Literatura 2006, y Ana Rossetti; para El Salvador, el Pulgarcito de América, como lo llamó su entrañable poeta Roque Dalton (1935-1975), representado por Otoniel Guevara; para Guatemala, hecha poesía hoy en la voz de Ana María Rodas; para Haití, nuestro país vecino, en las conocidas voces de Franketienne, Évelyne Trouillot y Bonel Auguste; Honduras, país hermano que hoy día libra una infatigable batalla por la restauración de su democracia, representada por el poeta Roberto Sosa; para Italia, presente en la poesía de Danilo Manera; para México, encarnado en las voces singulares de poetas como Eduardo Langagne y Mario Bojórquez; para Martinica, representada esta vez por el poeta André Pierre-Louis, más conocido como Monchoachi; para Nicaragua, en la expresión estética de Francisco de Asís; para Puerto Rico, la isla del encanto, hecha presente a través de Pedro López Adorno; para Uruguay, país representado por la poesía de Alfredo Fressia y Eduardo Espina; para Venezuela, con la presencia de poetas destacados como Rafael Cadenas, Yolanda Pantín y María Auxiliadora Álvarez, y, finalmente, para los representantes de nuestro país en el exterior Néstor Rodríguez, Yrene Santos, Eugenio García Cuevas y César Sánchez Beras, y para los que conviven con nosotros en medio de los avatares de nuestra media isla José Enrique García, Alejandro Santana, Rafael Hilario Medina, Homero Pumarol, Lissette Ramírez, Alejandro Santana, Víctor Bidó, Manuel Llibre Otero, Neronessa, Pablo Reyes y Eloy Alberto Tejera.

Son muchos y de distinta índole los obstáculos que hay que vencer para lograr abrazarnos fraternalmente esta noche y durante estos días, tanto los poetas entre sí, como también el abrazo de los creadores de la palabra con el público. Sin embargo, la disposición y colaboración de la Secretaría de Estado de Cultura, en la persona misma de su titular, poeta y ensayista José Rafael Lantigua, junto a la participación decisiva de sus principales colaboradores, así como el tesón y la entrega de los miembros del Comité Organizador, trabajando en armonía y camaradería ejemplares, se articularon como fuerza incontenible para hacer realidad este encuentro, que conjuga la poesía escrita en lenguas romances como español, francés e italiano.

Que empiece, pues, esta fiesta de la poesía con desbordante entusiasmo, bajo el lema postumista de “Palabras en el tiempo”, para que el concierto de voces poéticas personificado en todos nuestros creadores invitados, entone la estructura rítmica del poema “Aspiración” de Domingo Moreno Jimenes, y exijamos a la sociedad de hoy y a los tiempos por venir permitirnos cantar ese “Canto que tuviera/ solo dos alas ágiles/ que me llevaran hasta donde quiere, con su sed de infinito/ en las noches eternas volar el alma”.

Muchas gracias.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Cultura deposita Ofrenda Floral en el Día Nacional del Poeta

Santo Domingo, D.N.- La Secretaría de Estado de Cultura depositó una ofrenda floral en el Panteón de la Patria en homenaje a la poetisa nacional Salomé Ureña de Henríquez al conmemorarse el 157 aniversario de su natalicio y con motivo de celebrarse el Día Nacional del Poeta.

La ceremonia fue presidida por el secretario de Cultura, José Rafael Lantigua; el escritor y poeta José Mármol, presidente de la segunda versión del festival, y Soledad Álvarez, miembro del comité organizador, quienes fueron acompañados por una delegación de poetas dominicanos y extranjeros provenientes de España, Venezuela, Brasil, Guatemala, Argentina, Costa Rica, México, Puerto Rico, Cuba, Bolivia, Martinica, Haití, Honduras y República Dominicana.

Entre los escritores internacionales que acompañaron a Lantigua en la entrega de la ofrenda se encontraban Antonio Gamoneda, de España (Premio Cervantes); Rafael Cadenas, Venezuela (Premio Internacional de Poesía) y Roberto Sosa, Honduras (Caballero de las Artes y las Letras).

El acto se inició a las 10:00 de la mañana con el Himno Nacional interpretado por la Compañía de Cantantes Líricos y el discurso de orden estuvo a cargo de la escritora dominicana Soledad Álvarez. La actriz María Castillo declamó el poema “Ruinas”, de Salomé Ureña.

El objetivo del Festival Internacional de Poesía es incentivar, a través de la palabra y la memoria poéticas, la creatividad, la conciencia de la belleza y la justicia, así como la importancia de la cultura participativa en nuestro sistema democrático.

Promover la importancia de la lectura creativa en la educación pública y privada, conmemorar el 60 aniversario de la publicación del poema “Hay un país en el mundo”, del Poeta Nacional Pedro Mir y divulgar la vida y obra del poeta postumista Domingo Moreno Jimenes.



ANTE LA TUMBA DE SALOMÉ UREÑA DE HENRIQUEZ

En ocasión de la ofrenda floral con motivo del II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009

Sr. José Rafael Lantigua, Secretario de Estado de Cultura,

Sr. José Mármol, Presidente del Comité Organizador del II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009

Poetas invitados al II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009

Amigas, amigos:

El 22 de diciembre de 1878 la Sociedad Amigos del País entregó a la poeta Salomé Ureña una medalla de oro con la inscripción “La patria a Salomé Ureña”. La medalla había sido costeada con suscripción popular, con lo que el reconocimiento del grupo de liberal, afín a las ideas positivistas en circulación, en semanas devino homenaje del pueblo a la poeta que ,empinada desde la fragilidad histórica de la mujer y las limitaciones del medio, expresaba como nadie en sus composiciones patrióticas la certeza del ser nacional y su porfía por avanzar hacia la paz y el progreso entre los escombros dejados por las funestas inestabilidades políticas y las luchas montoneras.

La sociedad dominicana de finales del Siglo XIX, como niña sobreviviente de una catástrofe, encontró en la mujer de apenas 28 años no sólo la reciedumbre dulce de la madre, sino también su generoso desprendimiento, ya que poco después la poeta, reconocida por Marcelino Menéndez Pelayo y José Enrique Rodó, entre otros, sacrifica su producción poética para asumir, junto a Eugenio María de Hostos, la tarea titánica de transformar el sistema educacional dominicano. Tras ese objetivo, Salomé Ureña funda, en 1880, el primer plantel femenino de enseñanza superior en el país, el Instituto de Señoritas, que gradúa, en abril de 1887, las primeras maestras normales del país. El acto de investidura de aquellas primeras cruzadas del conocimiento es uno de los momentos más altos en el proceso de incorporación de la mujer a nuestra vida social. Y también uno de lo más puros en la historia de nuestra poesía porque en lugar de pronunciar un discurso, como lo hizo Eugenio María de Hostos, la poeta leyó “Mi ofrenda a la patria”, poema escrito para esa ocasión en el que al tiempo de reafirmar su fe en la poesía, en el conocimiento y en la mujer, lanza a los confines de nuestra historia la pregunta todavía como pabilo ardiente, incontestada: Por qué la imposibilidad de una democracia verdadera, por qué la imposibilidad de una ciudadanía solidaria? (“Por qué, siempre que el ruido/de la humana labor que al mundo asombra,/ recorriendo el espacio estremecido/ a sacudir tu indiferencia viene,/ oculta mano férrea, entre las sombra,/ tus generosos ímpetus detiene?”)

Poeta Salomé Ureña de Henríquez, hoy, Día del poeta y de inicio del II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, llegamos ante Usted para rendirle homenaje, llenas las manos de flores, y agradecidos

Por su poesía, monumento inmarcesible de pasión por la palabra, la patria y la justicia.

Por su vida ejemplar, legado de pureza para una nación que naufraga en la vorágine oscura de la corrupción y la insensibilidad ante la pobreza y el dolor del otro.

Porque Usted quiso llegar con la poesía a la conciencia de la nación y terminó convirtiéndose en conciencia de la nación.


Porque creyó en la educación y no en la fuerza para transformar la actitud y la mentalidad de sus compatriotas, y terminó dando la vida y la palabra por ella.

Llegamos ante Usted, poeta Salomé Ureña de Henríquez en busca de la fe y el optimismo que destilan su vida y su poesía, porque cada vez más en la vorágine de una humanidad que ha olvidado los valores humanos nos ganan la incertidumbre y el escepticismo.

Alúmbrenos, Salomé, este día que iniciamos el encuentro y la convivencia entre poetas y culturas de distintas generaciones y países, en nuestro objetivo de incentivar, a través de la palabra y la memoria poéticas, la creatividad, la conciencia de la belleza y la justicia. Que en este tiempo sin alma podamos tocar el alma dominicana con la libertad y la fraternidad de la poesía.

Soledad Álvarez

Santo Domingo, 21 de octubre 2009

Poeta español dictará conferencia “Naturaleza y generación del pensamiento poético”


Santo Domingo, 21 Octubre 09 .-En la celebración del Segundo Festival Internacional de Poesía, el escritor español Antonio Gamoneda dictará la conferencia “Naturaleza y generación del pensamiento poético”. El coloquio está pautado para las 6:00 de la tarde de este jueves 22, en las instalaciones de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).

Gamoneda, quien fue reconocido por su labor literaria con el Premio Cervantes en el año 2006, compartirá con el público dominicano visión de la poesía y sus vivencias, las que hoy lo posicionan como un escritor de carácter internacional y lo han llevado, junto a sus producciones, a ser un maestro en el lenguaje en verso.


Durante cinco días la poesía será el protagonista en el ámbito cultural, con la celebración del Segundo Festival Internacional de Poesía, que se extenderá hasta al 25 de octubre con el desarrollo de un variado programa que abarca conferencias y lecturas de poemas.

El evento incluye este año representantes de Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Costa Rica, Chile, Ecuador, España, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Italia, México, Martinica, Nicaragua, Puerto Rico, Uruguay, Venezuela y República Dominicana.


La Comisión Organizadora del Festival está formada por los poetas José Mármol, presidente; Mateo Morrison, coordinador ejecutivo; Soledad Alvarez, Ángela Hernández, Basilio Belliard, León Félix Batista y Plinio Chahín.


Acerca del autor

Poeta y crítico de arte español, nunca ha participado en agrupaciones generacionales y su obra se caracteriza por un extremado rigor y calidad. Nació en Oviedo, pero desde muy niño reside en León, ciudad en donde ha desarrollado una amplia labor cultural.

Su primer libro de poemas fue Sublevación inmóvil (1966) y con él trata de escapar a cualquier restricción realista. Siguieron Descripción de la mentira (1977), León en la mirada (1979) y Blues castellano (1982), que incluye poemas redactados casi veinte años antes. Lápidas (1987) le supuso un gran reconocimiento por parte de la crítica, y con Edad (1987), una recopilación de su poesía hasta el momento con algunos inéditos, obtuvo el Premio Nacional de Poesía. Libro del frío (1992) volvió a confirmarle como uno de los poetas más importantes del siglo.

En 2000 publicó la antología Sólo luz y en 2003 salió a la luz una reedición del Libro del frío, con la incorporación de veinte poemas nuevos. También ha publicado estudios monográficos de escultores, como José Luis Sánchez (1981) y Julio Hernández (1981), y de los pintores Francisco Echanz (1978) y Juan Barjola (1980).

Información servida por la

Dirección General de Comunicación

Secretaría de Estado de Cultura

(809) 221-4141 Ext. 236

martes, 20 de octubre de 2009

CONTACTO

ANTONIO GAMONEDA Y ANA ROSSETTI CRUZAN EL ATLÁNTICO
PARA ESTAR EN EL FESTIVAL

Mateo Morrison
mateo@mateomorrison.com

El ambiente de la posguerra española sorprendió a Antonio Gamoneda y a su madre, que padecía los rigores de la temprana viudez. A los 14 años tuvo que trabajar en una oficina bancaria con un antilirismo inimaginable, pero como hombre de arte, a los 18 años publicó su primer poema.

El ascenso en la poesía de la lengua y más allá lo encumbró verso a verso al premio Cervantes después de recoger otras preseas que confirman la trascendencia de su obra. Ahora cruza el Atlántico para ser la figura principal del II Festival Internacional de Poesía Santo Domingo 2009, que se celebrará del 21 al 25 de octubre del presente año, y seguro que nos dirá:

«El mundo es grande. Dentro de una casa / no cabrá nunca. El mundo es grande /.

Hierba de soledad, palomas negras: he llegado por / fin, éste no es mi lugar, pero he llegado /.

Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi / ropa en el silencio de las últimas ramas /».

Mi preferencia por «Los blues castellanos» no me produce ninguna indiferencia ante el resto de sus libros, que también emergen dentro de una tradición que ha producido tantos momentos de temblor para la mejor literatura.

Callada y con el mismo porte que observé en el festival de poesía que organiza en Washington el poeta Rei Berroa, llegará también de España Ana Rossetti. «Caracterizada por una coherente independencia literaria, es una escritora cuya obra se ha distinguido por su diversidad estilística y su constante búsqueda de nuevos rumbos creadores».

Con sus textos: Los devaneos de Erato (1980, Premio Gules), Indicios vehementes (1985), Devocionario (1985, que recibió el III Premio Internacional Rey Juan Carlos I), Yesterday (1988, antología de sus libros publicados, hasta aquel momento con todos sus poemas inéditos) y Punto umbrío (1996). Toda su obra poética está reunida en La ordenación (2004). Ha escrito cuentos y recibió el premio La Sonrisa Vertical de Novela Erótica con Alevosías. Ella pondrá un acento especial a esta jornada, donde la poesía ocupará espacios que llenarán de imágenes y metáforas la segunda entrega de esta bienal de la poesía.

«La noche es como un vientre: preñémoslo /. Adentrémonos en su dúctil oscuridad, aneguémonos en su / salada balsa, confiémonos: dejémonos ir en su vaivén /. Dejémonos ir /. Ella siempre nos acompañará hasta las puertas mismas del / paraíso».